Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne

viaje al centro de la tierra

Una de esas ideas que resuenan en mi cabeza cada cierto tiempo es que quiero leer más clásicos de la literatura. Sin embargo, me inquieta que precisamente ese título me lleve a no disfrutarlos o a sentir que esas alabanzas que, suelen envolverlos, me dejen tibia. Afortunadamente, esto no ha ocurrido con Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne.

Mis padres me regalaron cuando era pequeña una colección maravillosa de 40 clásicos de la literatura que no había abierto, a pesar de que desde los 10 años devoraba cada libro que caía en mis manos. No recuerdo qué ocurrió para que no los tocara en ese momento ya que fue con el paso de los años y esa consciencia de que eran grandes libros lo que me hizo observarlos pero no leerlos.

Así que decidida, por fin, a no perderme nada por un título, he comenzado a descubrir estas 40 novelas de aventuras y misterio.

¿Cuál ha sido el criterio para comenzar por Viaje al centro de la Tierra? Muy sencillo y práctico, es el primero de la colección 🙂

Viaje al centro de la Tierra

viaje al centro de la tierra

Julio Verne 1828 – 1905 escritor francés y uno de los más célebres de la literatura, especialmente, del género de aventuras y ciencia ficción. Su trayectoria no comenzó con pie bien, pero en 1863 su obra Cinco semanas en globo le abrió las puertas al éxito. Al año siguiente vería la luz, Viaje al centro de la Tierra.

El desciframiento de una inscripción escrita por un alquimista islandés del siglo XVI, Arne Saknussemm, le revela al profesor de minerología Otto Lidenbrock el camino para llegar al centro de la Tierra. En compañía de su sobrino Axel y del guía Hans, decide emprender una fascinante expedición que, a través del cráter y la chimenea de un volcán extinguido, les ha de conducir a las entrañas de la Tierra.

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Narrativa

Me ha fascinado la pluma tan elegante y sabia que usa Julio Verne, especialmente al crear frases que, parecen sencillas, pero que conforman un puzzle lleno de significado. 

Por ejemplo: unos grandes pies hicieron crujir la madera de la escalera.

Viaje al centro de la Tierra comienza 3 párrafos antes ubicándonos en fecha, lugar y, gracias a la reacción de otros personajes, nos pone en aviso de cómo es el carácter de Otto Lidenbrock.

Pues bien, con esa frase que usaba como ejemplo, Julio Verne nos da tres descripciones en pocas palabras: parte de su aspecto físico, cómo es esa zona de la casa y el sentido (oído) que más involucrado está en esa escena.

Durante las 239 páginas que conforman Viaje al centro de la Tierra nos topamos una y otra vez con ese tipo de frases. Aquí no hay sitio para el relleno vacío.

De ahí que la visión que tenemos de los tres personajes principales: Otto, su sobrino Axel y el guía Hans; se complete o reafirme en cada escena. Además, tiene el buen gusto de aderezar la historia con un humor ácido que te arranca una sonrisa.

Personajes

Aunque aparecen otros personajes secundarios o extras a lo largo de la novela, sobre todo al comienzo del viaje y una vez concluido, los protagonistas son los tres que mencionaba antes.

Tres personajes con tres personalidades completamente diferentes pero necesarias para crear contrapuntos y equilibrio.

Otto es el precursor del viaje tras descubrir el mensaje del criptograma de Arne Saknussemm. Tiene un carácter impaciente pero tenaz e, incluso tozudo cuando esa idea de alcanzar el centro de la Tierra le invade su ser. Se convierte en su gran obsesión.

Axel es el sobrino y quien intenta oponerse por todos los medios a ese viaje. Además, hace las veces de narrador. Al principio de Viaje al centro de la Tierra, vemos a un muchacho temeroso, precavido y con tendencia a evitar cualquier aventura. Sin embargo, se transformará. Especialmente hay un par de situaciones que precipitan esos cambios tan drásticos.

Para mí es un claro ejemplo de cómo los personajes bien construidos muestran contradicciones y crecimiento. Pueden pasar de no querer ser partícipes a ser los mayores entusiastas de la empresa.

Hans, el guía. Lo encuentran a su llegada a Islandia y es ese punto de temple, sangre fría, ingenio, lealtad y fuerza que conseguirá salvar el pellejo de los otros dos en varias situaciones complicadas. Sus diálogos son mínimos, tan solo un par de palabras sueltas, son sus acciones y su expresión corporal las que conforman el personaje.

Descripciones e intriga

¿Qué sería un viaje sin descripciones? Viaje al centro de la Tierra está narrado como las obras de literatura de viajes, es decir, como un diario de bitácoras en el que día a día conocemos qué sucede y cómo se sienten. En este caso, al estar narrado solo desde el punto de vista de Axel, las apreciaciones del resto de miembros de la expedición están condicionadas bajo su propia percepción.

Las descripciones son muy ricas pero sin empachar. Puedes ver cada tramo de la ruta, los seres con los que se topan, la flora que descubren. Literalmente es como si proyectasen una película en tu cabeza.

Hay una gran mención a vocabulario relacionado con la ciencia y la geología, nada que temer, está tan bien introducido en la historia que no te saca de ella. Quien sabe, quizá te anime a conocer más sobre el tema.

También luchan contra decenas de infortunios que brindan dos componentes estupendos: la maravilla de poder introducirte en la historia y ser un cuarto personaje; y ese incremento de la intriga y la curiosidad por saber cuál será el siguiente descubrimiento.

Como buen libro de aventuras, la acción no cesa y cuando parece que vas a tener un descanso para respirar, boom, otro reto los aborda.

No pensé que iba a disfrutar tanto de Viaje al centro de la Tierra, me ha dejado un sabor bien dulce que ojalá continúe con el resto de la colección. Ya te contaré 🙂

Si te decides a leerlo, puedes comprarlo aquí y, por supuesto, me encantaría conocer tu opinión.

Otras reseñas que también te pueden interesar son:

Mujercitas, de Louisa May Alcott

Los eduardianos, de Vita Sackville-West.

Te mando un abrazo enorme lleno de amor y luz.

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