Mírame el culo como hacías antes

mírame el culo

El mundo ya no es lo que era. Ahora a la gente moderna le ha dado por querer conectar con todo. Será que no tienen suficiente con el wifi y el 4G que los persigue a todas partes.

Dicen que es conectar con la naturaleza, saber apreciar el momento. Esta gente moderna será que no sabe que naturaleza no casa con tecnología. O que a mí lo que me hacía conectar era estar cual salvaje en el cortijo de mi abuelo.

¡Eso sí que era conexión! Me veía llegar y ya sabía lo que estaba tramando.

Me encanta fijarme en la gente. Cómo se mueven, cómo se relacionan con el medio. Aquí en las grandes ciudades como Madrid hay mucho que observar porque hay demasiado espécimen suelto. Como te decía, el mundo ya no es lo que era. La gente ha dejado de mirarse, solo ven bultos para no tropezar mientras responden al siguiente mensaje. Que digo yo que igual con un café o unas cañas acababan antes.

La gente tampoco va a los bares como antes. Ir siguen yendo porque llenos están pero aunque su cuerpo esté pegado a la barra ellos no están. Será por lo de conectar, que estarán buscando conexión con otro satélite. El caso es que el otro día vi algo que me dejó perpleja y terminado siendo un monólogo interior 🙂

Mírame el culo

mírame el culo

Iba por una calle concurrida. Me adelanté porque venía gente de frente y todos, por mucho figurín que tuviésemos, no entrábamos en la acera. Al colocarme delante de mi chico y con mis vaqueros preferidos ajustándome bien el culo no se me ocurrió otra cosa que empezar a contonearme.

En mi cabeza ya se había montado una escena de lo más morbosa y estaba dándole alas para que dejase de ser un corto y se convirtiese en largometraje. Movía mis caderas al son de esa música que solo sonaba en mi mente pero que yo la oía como si de un concierto se tratase. Sonreía y me mordía el labio. Lo tengo que estar poniendo cardiaco, pensaba. Este culazo que las horas de gimnasio y sentadillas me han dado lo vuelve loco. Vamos, seguro. Me estaba acelerando hasta yo solo con pensar que se estaba relamiendo. Buf, es que estos vaqueros no dejan indiferentes a nadie.

La acera volvía a estar despejada pero seguí delante porque las vistas que le estaba regalando al mozo eran para mojar huevos fritos, pan y lo que quieras. Iba a darle un poquito más de gloria. Pasé por un escaparate y me miré mi monumento orgullosa. De verdad, vaya culazo he echado. Giré la cabeza esperando esa mirada picarona que me pone tan tonta y lo que me encontré fue a un tonto mirando el maldito móvil.

¡Mírame el culo! Me daban ganas de gritarle en plena calle. ¿En qué momento un señor culo embutido en un vaquero, así bien redondito y respingón, ha sido sustituido por una simple pantalla? ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Dime. ¿Es su luz, los mensajes que parpadean, el sonido de sus teclas al rozarla?

El muchacho seguía a lo suyo, muy conectado. Se ve que estaba enchufado a otro planeta porque de mis hondas no se enteraba. Mi idea erótica festiva se estaba tornando funeral porque no sabía si quitarle el móvil y estamparlo contra el suelo o estamparlo a él contra mi culo. Venga, mejor respira, me decía. Total, el que va a dormir sin vistas y pegado a la pared va a ser él.

Gracias por dejarme besarte con letras.

Puedes conocer otros de mis relatos aquí. También me gusta reflexionar y hablar de libros 🙂

firma

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

💛️ También te podrían gustar las siguientes entradas:

El peluche de un adulto

El relato del lunes tiene forma de peluche Eran las nueve de la mañana. El salón de actos estaba repleto de alumnos somnolientos. Algunos ni siquiera habían pasado por casa después de un jueves universitario memorable. El profesor que iba a guiar el curso de cómo hablar en público subió al escenario con una confianza enérgica. Después de dos estribillos de We will rock you los ánimos mustios se c ...
Quiero leer más

Llévame a Niveria

llévame a niveria relato sobre el poder de la imaginación El relato breve de esta semana versa sobre Niveria, un lugar en el que el poder de la imaginación es completamente libre. Cuando a la creatividad de los niños no se le pone límites es capaz de crear universos partiendo de un simple cubito de hielo. Niveria es solo un brevísimo reflejo de ello. Llévame a Niveria Carolina estaba sentada junto a su abuela. El roce ...
Quiero leer más

La rosa que asesinó a mi madre

la simplicidad de una rosa A mi madre la asesinó una rosa. Cuando llamaron al timbre me ordenó que me encerrara en mi habitación. No le gustaba recibir visitas en mi presencia, decía que los niños copan toda la atención y ella necesitaba las tertulias de las cuatro para olvidarse de que vivíamos en un minúsculo pueblo del interior. Estaba releyendo uno de mis libros favoritos antes de que el ruido estri ...
Quiero leer más

Las voces que resuenan en mi cabeza

las voces que resuenan en mi cabeza Son las cinco de la mañana, no puedo dormir más. Las voces resuenan en mi cabeza, creo que va a estallar o peor aún, me la acabaré arrancando. Se ha escuchado un ruido en la casa del vecino, siempre igual. Algún día tendré que dejarle las cosas claras, están prohibidos los ruidos, y mucho más los gemidos. ¿Quién se cree para follar de madrugada? El dolo ...
Quiero leer más