Durante mucho tiempo me enfadaba, aunque no siempre lo manifestaba, cuando alguien me decía que tenía una flor en el culo. Todavía hay momentos en los que me perturba, sobre todo, cuando ese día ya lo tengo cruzado. Decirle a alguien que tiene una flor en el culo es menospreciar su esfuerzo y su trabajo. La suerte no se crea, se trabaja porque por mucho que seas buena en algo si no te lo curras, seguirás sin avanzar.
Para cumplir un sueño hay que renunciar a muchísimas otras cosas. Mi primer gran sueño fue ser independiente económicamente, así que cuando después de echar el currículum en el aeropuerto de Málaga me llamaron, no lo dudé. Los primeros meses, hasta que conseguí un segundo trabajo, no ganaba más de 450€ y con eso pagaba mi habitación en Málaga, gasolina, comida y demás detalles para sobrevivir. En mi familia se ofrecieron a ayudarme pero yo no quería ayuda de nadie.
En esa época volví a escuchar la maldita frase de que tenía una flor en el culo y yo pensaba <<¿tengo una flor en el culo por levantarme a las 3 de la mañana porque mi turno empieza a las 4 o la tengo porque a veces echo más de 12 horas entre los dos trabajos?>>
Cada vez que viajo escucho la misma cantinela. Y no, no es flor en el culo, es trabajar, renunciar y ahorrar. Prefiero no comprarme ropa, salir de fiesta o dormir en un hotel por poder viajar durante más tiempo como mochilera. Por eso, amiga, te entiendo cuando se te enerva la sangre cuando alguien quiere quitarle mérito a todo el esfuerzo que hay detrás de tus logros. Las dos sabemos que no se llega a todo, que hay que seleccionar y en la mayoría de ocasiones, esa elección supone mucha más renuncia y sacrificio de lo que se ve.

El relato breve de esta semana versa sobre Niveria, un lugar en el que el poder de la imaginación es completamente libre. Cuando a la creatividad de los niños no se le pone límites es capaz de crear universos partiendo de un simple cubito de hielo. Niveria es solo un brevísimo reflejo de ello.
Llévame a Niveria
Carolina estaba sentada junto a su abuela. El roce ...
Me apetece jugar con las letras y el orden. Algún microcuento se va a colar en el transcurso de este post hasta llegar al final en el que te espera un libro lleno.
Me marché a Indonesia con el objetivo de reinventarme y vivir. Estoy poniendo a prueba mi paciencia esperando el resultado de si tengo plaza o no en el Máster de Traducción Literaria. Te prometo que dejo las copas de champán prepar ...