La semana pasada anunciaba en la newsletter que arrancaban los retos creativos de los viernes. Con ellos quiero invitarte a dejar fluir la imaginación, a soltar la mente a través de la escritura creativa y como no, a mirar con otros ojos los lugares, personas y objetos que te rodean.
Durante todos estos años escribiendo, me he dado cuenta que siempre que veo más allá de lo aparente, surgen ideas alucinantes. Esa visión también me lleva a prestar atención a otros sentidos y de esa bola de información que se va gestando, han surgido proyectos que me hacen disfrutar como este blog o mi academia de idiomas y escritura creativa.
Quiero que experimentes la magia de escribir sin pensar demasiado, que salga de las entrañas, de las sensaciones que te produzcan la imagen que has captado. No es cuestión de crear una obra maestra, sino de disfrutar del propio placer de crear. Con ese objetivo nacen los retos creativos de los viernes. ¿Me acompañas?
Cómo funcionan los retos creativos de los viernes
- Cada viernes te propondré un reto a través de redes sociales y la newsletter. Por ejemplo, la semana pasada alenté a hacer una foto de un edificio, imaginar la historia que había sucedido en él. Siempre tendrá como base la escritura creativa y las imágenes.
- Te invito que compartas tu creación a través de Instagram etiquetándome @dejamebesarteconletras. También he creado la etiqueta #mimandomicreatividad para que puedes saborear las historias que otras personas crean.
- La temática cambia cada semana. Algunos retos creativos tendrá como foco las personas, otros los animales, los objetos o los paisajes. No hay un patrón establecido ni cerrado. Si tienes alguna sugerencia, ¡no dudes en contármela!
- Compartiré todos los textos a través de mi Instagram. Si lo prefieres, también puedes publicarlos en Facebook. ¡Como te sea más cómodo!
El relato del viernes pasado
Como te decía, el viernes pasado propuse crear una historia basada en los edificios. Aquí te dejo la mía. Espero leerte en los próximos retos, no te haces una idea de la ilusión que me hace de que formes parte 🙂
Era un pueblo que hablaba sin contarse nada. Los secretos querían salir de las paredes pero la cal los acallaba. Nada debería saberse, nada debía perturbar la quietud tensa. Pero un día llegó Filo con sus macetas, su alegría y sus ganas de decirle al horror que podía convivir con él y llevar una sonrisa de repuesto en el bolsillo. Se la comieron las miradas. De celos, de repulsa, de admiración. La historia quería tensarse más pero ella se repetía cada mañana al darle vida a sus flores: “mi pueblo que calle, que se caiga con sus mentiras y sus reproches pero a mí el dolor todavía no me deja seco el corazón.
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