El último verano de Silvia Blanch

Leer a Lorena Franco siempre es un gusto para el cuerpo. La sensibilidad que desprenden sus palabras, cómo pude descubrir en esta entrevista del podcast sobre su Trilogía del Tiempo, también alcanza el tan duro y negro thriller con El último verano de Silvia Blanch.

Uno de los grandes retos como escritora es que tus lectores sean capaces de reconocerte por tu forma de narrar. No solo porque las portadas sigan un estilo similar o porque tu marca personal esté muy bien trabajada. Abrir un libro a ciegas y que tras pasar unas páginas sepas quién hay detrás de la pluma es magia.

Con una de las escritoras que se percibe muy claro este fenómeno es con Isabel Allende, te hablé de ella en reseñas como Más allá del invierno, El cuaderno de Maya y La Ciudad de las Bestias. Y también con Lorena Franco en la que me voy a centrar hoy.

El último verano de Silvia Blanch

Silvia Blanch es una joven, aparentemente perfecta, de veintinueve años y con una proyección personal y profesional en la cresta de la ola. O eso es lo que todo el mundo dice cuando la recuerdan.

Una tarde verano desapareció sin dejar rastro salvo su Mini blanco intacto en la cuneta de la carretera cercana a su pueblo. La última persona que la vio con vida fue una vecina a la que ese día le dieron su sentencia de muerte. Con el miedo y la incertidumbre pisándole los talones, solo observó que Silvia estaba con alguien, creyó que su novio, en un arrebato de amor. ¿O realmente vio una agresión?

Una periodista, Alejandra Duarte, será la que remueva el último verano de Silvia Blanch cuando ya la Policía se había dado por vencida. ¿Qué descubre Álex? ¿Qué pasó con Silvia Blanch y por qué todos mienten?

Quizá estamos acostumbradas al thriller más puro en el que el peso de la investigación lo soporta la Policía. Escenas de laboratorio, pistas científicas y demás detalles técnicos que se van desvelando como un puzzle. Sin embargo, los thrillers de Lorena Franco se alejan de está dinámica y se acercarían más al Domestic Noir en el que una persona ajena a la Policía es quien descubre paso a paso la verdad.

En El último verano de Silvia Blanch es clave el juego psicológico con los personajes. De hecho, nada más comenzar la novela están tan bien sembradas las pistas falsas que no se anticipa fácilmente el final.

La historia transcurre en un pequeño pueblo barcelonés en el que los secretos y las apariencias son cruciales. Nadie dice la verdad y todos ocultan algo que Álex va destapando gracias a la observación, deducción y su obsesión por el caso. No se rinde, se enamora y cae en la boca del lobo.

La intriga no decae, a pesar de que no están esas pruebas científicas que lo pongan todo patas arriba, gracias a que se intercalan conversaciones telefónicas entre Jan, el primo de Silvia y principal sospechoso, con una persona que desconocemos. Con esos pequeños retazos, nos invita a especular, a revisar cada paso que han dado y dicho el resto de personajes.

Prepárate para el final

Uno de los aspectos que me ha encantado de El último verano de Silvia Blanch es que no son necesarios los detalles escabrosos ni morbosos. Todo es mental y visceral. Las reacciones más primarias que desencadenan el horror más terrible.

Ni el final de Silvia ni el de Álex son predecibles, los ves justo en el momento preciso y eso es una gozada. Un libro rápido en el que Lorena Franco nos muestra cómo cada acto conlleva una consecuencia.

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Otros thrillers de los que he hablado en el blog son:

Penitencia de Pablo Rivero

El silencio de la ciudad blanca de Eva Gª Sáenz de Urturi

El extraño verano de Tom Harvey de Mikel Santiago

Te mando un abrazo lleno de amor y luz.

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