Siete mañanas y cuatro hojas

Siete mañanas llevaba Greta paseando por los jardines de El Prado. Se detenía en cada árbol, hipnótica, sin prisa. Las flores danzaban a sus pasos, suspirando perfume y primavera. Sin aparente destino Greta llegaba al Retiro. Se adentraba sin orden por los caminos mientras se alejaba del estanque. Saboreaba las fuentes, jugaba con las ardillas hasta que de pronto se escondía entre los árboles enamorados, esos que parecen besarse todas las mañanas la mano.

Acurrucada y vigilando que nadie la hubiese seguido, sacaba a la luz su tesoro. Ese descubrimiento inesperado que la hacía recorrer absorta la ciudad. Un libro de cuatro hojas que le susurraba al oído los mayores secretos de su Madrid querido.

Mi piel aún sabe a ti mientras me visto espalda contra espalda. El Prado empieza a vislumbrarse por la ventana. Nos miramos sin nada que añadir. Un beso frío junto a un café por compromiso y con exceso de silencios. Un punto y final lleno de incógnitas que quedaron sin resolver entre las sábanas. Ese quiero y no puedo. Esas ganas contenidas. Esas preguntas con ansia de nuevas respuestas y saliva. Pero siempre hay un último intento, una ficha extra.

–¿Y si lo olvidamos todo y nos contamos los lunares a besos?  

Tarde, ella ya solo tenía como objetivo volver a ser flor en El Retiro.

Descubre más mañanas de letras

Si te apetece seguir leyendo mis relatos, pásame por este enlace.

Saborea las novelas de una forma diferente a través de estas reseñas.

Y por favor, si te gusta mi trabajo, no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Me ayudas a que otros lectores descubran lo que escribo. Siempre es un placer conocer la opinión constructiva de los que reciben mis textos. ¡Me hace muy feliz! 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

💛️ También te podrían gustar las siguientes entradas:

Todo al rojo, el poder de las cartas

relato todo al rojo Uno de los momentos que más me ha llenado esta semana ha sido la charla con mi compañero Fernando. ¡Cómo me recuerda a mi abuelo! Y no solo por el nombre. Es un hombre de mi curso de escritura creativa y él mismo es un libro andante. Es de esas personas que consigue tenerme pendiente de cada palabra, con el que el tiempo se detiene y todo tiene un sentimiento y conocimiento sobrecogedor. Me recom ...
Quiero leer más

Llévame a Niveria

llévame a niveria relato sobre el poder de la imaginación El relato breve de esta semana versa sobre Niveria, un lugar en el que el poder de la imaginación es completamente libre. Cuando a la creatividad de los niños no se le pone límites es capaz de crear universos partiendo de un simple cubito de hielo. Niveria es solo un brevísimo reflejo de ello. Llévame a Niveria Carolina estaba sentada junto a su abuela. El roce ...
Quiero leer más

Si hubiera sabido…

te hubiera querido más Las sábanas siguen oliendo a ti, me recuerdan que no fuiste un espejismo. Sabina necesitó 500 noches para olvidar y yo creo que son insuficientes para desprenderme del sabor de tus caricias. Cada vez que escucho el sonido de unas llaves el estómago se me encoge pensando que volverás a abrir esa puerta que te vio marchar. La cerraste diciendo para siempre pero para siempre también me prometiste ...
Quiero leer más

Cuentos de ratas y culebras

cuentos de ratas y culebras Si me tuviera que describir con una sola palabra sería intensidad. Alguna que otra vez he tenido que escuchar que es la peor cualidad que se puede tener porque no hay equilibrio emocional. A mi parecer, es hermoso poder vivir con una ilusión brutal cada etapa y momento de mi día a día.  Es cierto que hay días malos, y quien no los tenga que me cuente su secreto y ya de paso el de cómo conseguir ...
Quiero leer más