Las sábanas siguen oliendo a ti, me recuerdan que no fuiste un espejismo. Sabina necesitó 500 noches para olvidar y yo creo que son insuficientes para desprenderme del sabor de tus caricias.
Cada vez que escucho el sonido de unas llaves el estómago se me encoge pensando que volverás a abrir esa puerta que te vio marchar. La cerraste diciendo para siempre pero para siempre también me prometiste tu amor. Aún me quedan unas gotas de esperanza de que ese adiós solo fuera un hasta luego, uno más de tus arrebatos. Que vuelvas y me hagas el amor como si el tiempo no hubiera seguido su curso.
Me despierto cada noche agitado, aturdido y excitado al pensar en tu piel, en la forma de mover tus caderas. Me encanta ese toque sutil que solo tú tienes al quitarte el pelo de la cara. Como te muerdes el labio mientras te concentras en alguna de tus aventuras.
Si hubiera sabido que esa noche era el última no te hubiera dejado marchar. Te hubiera dado todos los besos que reclamabas, te hubiera abierto mi alma sin escudo ni protección. Te hubiera abrazado hasta dejarte sin aliento, te hubiera dicho mil y una vez que te quiero.
Pero no lo hice y ahora solo me quedan los suspiros.
No supe entender que las flores se riegan cada día y no solo en primavera. Que el amor es cosa de dos y no basta con dejarse hacer. Que mirar continuamente al pasado ennegrece el futuro, el que iba a ser nuestro futuro.
No te reprocho nada, ni siquiera esas sonrisas falsas que al final me regalabas. Soy el único culpable de que un sueño se convirtiese en pesadilla. Buscaba una perfección idílica y solo tenía que abrir bien los ojos para ver que la tenía delante. No hay mayor ciego que el no quiere ver, y mi venda se cayó demasiado tarde.
Ahora solo me queda recoger la venda y atármela a la muñeca para que no se me olvide lo que un día tuve y dejé escapar. Para no repetir el mismo error con tropecientas piedras. Quien sabe si el destino te vuelve a poner en mi camino. Te haría entonces con esa venda el mejor de los lazos, uno que te una a mí pero esta vez para quedarte.
Gracias por dejarme besarte con letras.


Título: El secreto de la orquídea
Autora: Lucinda Riley
Traductora: Patricia Orts García
Género: Novela rosa
Editorial: Debolsillo
Puntuación: 4/5
Mi opinión personal
Antes de que te adentres en conocer todos los pormenores de la reseña literaria de El secreto de la orquídea, quiero aclarar algunos puntos.
La novela rosa no es precisamente un género que me apasione, más bien dir ...
Dime que no y ya habrás encendido una llama que no podrás apagar.
Dime que no soy capaz y solo estarás echando gasolina para explotar.
Puedes llamarme loca, pero creo muy fielmente que se han abierto más puertas con un no que con un sí. Por eso te lo pido con todas mis fuerzas, dime que no.
Cuando eres capaz
Se puede denominar “callarle la boca a alguien”, “dar un zas” o co ...
Este es mi tercer mes en el curso de escritura creativa del Taller Paréntesis. Esas dos horas a la semana son un regalo. Aprendo muchísimo y puedo conectar con otras personas a las que también les apasiona escribir, la lectura y en definitiva las letras.
En estas clases estoy intentado salir continuamente de mi forma habitual de contar algo. Tengo tendencia a hacerlo en primera persona y de forma ...
Descubrir, aprender, cambiar y vuelta a empezar es una de las premisas que marca cada proyecto en el que me meto de cabeza y llena de ilusión. Si no existe esa magia mejor ni empezar a sembrar un jardín.
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