Las fieras no entienden de cadenas

las fieras no entienden de cadenas

El tiempo era relativo y cruel en su vida. Cuando estaba con ella huía con descaro y risa burlona, pero cuando se alejaba se detenía sin compasión.

Desde que sus miradas furtivas se cruzaron, no dejó de perseguirla. La buscaba en cada rincón de la ciudad con ansia y desesperación, tanta que dolía. Quería tenerla cerca cada minuto, que no hubiera instante en el que no sintiera su aliento, que fuera suya solo suya.

Intentó volverla dócil, que fuera una chica especial en una vida normal. Que sus alas no volaran demasiado alto por si perdía en el horizonte y no lo podía alcanzar. Que viviera atada a un mundo sin más sueños que estar a su lado.

Pero su mayor error fue cercar demasiado a la fiera. Las fieras no entienden de cadenas ni de jaulas. No se pueden domar por mucho lazo que se les eche. Su raza antes o después acaba aflorando y embiste con fuerza y sin miramiento.

No vio las señales o no las quiso entender. Ella necesitaba respirar y se estaba ahogando. Despertar en el desierto era más refrescante que la mejor de las fuentes.

Él se moría de ganas de estar con ella, y ella se moría de ganas de rugir libre. Él quiso ser jinete y ella no quería dueño.

Ella dejó a la bestia salir, cogió impulso y no miró atrás cogiendo un camino que a él le pareció el peor de los precipicios.

Gracias por dejarme besarte con letras.

Puedes conocer otros de mis relatos aquí. También me gusta reflexionar y hablar de libros 🙂

firma

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

💛️ También te podrían gustar las siguientes entradas:

La chica de los zapatos rojos

motivación La chica de los zapatos rojos Pedro no quitaba ojo al reloj. Las diez. Una gota fría le recorría la espalda. Empezó a salivar, era la hora del aperitivo. Se humedeció los labios mientras se pasaba la mano por su pelo negro. No faltaba mucho. El sonido de unos tacones le hizo girarse hacia la cristalera del bar. Allí estaba ella, Julia. Se había detenido en la puerta para cerrar e ...
Quiero leer más

Mírame el culo como hacías antes

mírame el culo El mundo ya no es lo que era. Ahora a la gente moderna le ha dado por querer conectar con todo. Será que no tienen suficiente con el wifi y el 4G que los persigue a todas partes. Dicen que es conectar con la naturaleza, saber apreciar el momento. Esta gente moderna será que no sabe que naturaleza no casa con tecnología. O que a mí lo que me hacía conectar era estar cual salvaje en el cortijo de mi a ...
Quiero leer más

El último rayo de luz, con Maira Varea

el ultimo rayo de luz de maira varea
El último rayo de luz de Maira Varea es una novela romántica histórica que me produjo un sentimiento precioso: querer leer más, porque me estaba gustando la historia, pero también quería parar de hacerlo para que así las páginas duraran un poquito más. Maira Varea, autora de otras dos novelas Tú eres tierra firme y Tu secreto bajo la lluvia, narra jugando con los sentidos. Durante la entrevista, ella aseguró que le fascinan mucho más los diálogos, pero te confirmo, que sus descripciones también rebosan color. El último rayo de luz Una mujer adelantada a su tiempo, un accide ...
Quiero leer más

Trucos de escritura que aportó Aristófanes en Las ranas

trucos de escritura
La escritura suele estar envuelta en un halo de romanticismo y misterio solo apta para grandes eruditos. Frío, frío. Podemos sacar nuestra creatividad y ser unas disfrutonas, aunque no se pretenda ser escritora profesional. Por eso, estos trucos de escritura valen tanto para quienes desean abrirse un camino entre libros como para quien quiere jugar con las palabras. Escribir y leer van tan ligados que es imposible diluirlos. Leer mucho y variado es el primer eslabón para soltar la mano. Sin embargo, saber leer no implica que se sepa hacer bien. Ya lo trataremos en otra entrada del blog, h ...
Quiero leer más